¡El huachicol, ese demonio que López Obrador acabó en su primer informe! Tan acabó que ahora, bajo la administración de la Presidenta Sheinbaum, el Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, presume decomisos récord de más de 15 millones de litros de combustible ilícito en Coahuila. ¿Cómo es que el mayor aseguramiento en la presente administración ocurre si ya estaba erradicado?
La respuesta es simple, ¡no se acabó! Se transformó en un negocio integral con la complicidad de funcionarios federales, estatales, municipales, aduanales y hasta petroleros. La parte más divertida es que estos decomisos gigantes no vienen acompañados de detenciones importantes; ¡parece que son operados por fantasmas!.
¿Quién autorizó el paso de 129 carrotanques por la Aduana de Nuevo Laredo sin un raspón?.
Es una sofisticada estructura que involucra más que operadores de segundo nivel. La presión de Estados Unidos en las investigaciones es, quizá, la única explicación para esta repentina guerra recrudecida. O quizás, el pañuelo blanco de AMLO era para decir a los huachicoleros: ¡viene, viene!.
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