¡Ah, el Congreso! Auténtico paraíso de eficiencia donde la seriedad legislativa es tan escurridiza como la reforma judicial que la consejera Ernestina Godoy lleva siglos sin tener lista.
Los morenistas, en su inconmensurable sabiduría, han decidido que saltarse la legalidad es el nuevo "proceso legislativo", ¿para qué tener dictámenes aprobados si la mayoría están "en veremos" y algunas reformas ni siquiera han llegado?.
Mientras Adán Augusto López, el Capo di Tutti Il Capi, "se la pasa muy agusto" con pendientes, el periodo extraordinario se confirma: ¡dos semanas de trabajo "semipresencial"!. Perfectas para legislar desde la playa o la taquería, porque las vacaciones son sagradas.
Con 27 reformas por sacar, Ricardo Monreal ya iluminó: las iniciativas son suficientes, no hace falta dictaminar. ¡A legislar sobre las rodillas!. ¿Les jalaron las orejas en Palacio Nacional para semejante "agilidad"?. El desgarriate es tan cómico que, si no diera risa, daría ganas de llorar.
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