Desde que Donald Trump de regreso en la Casa Blanca, la relación México-EE. UU. se ha vuelto un espectáculo digno de un circo de terror. La Presidenta Sheinbaum, al parecer, recibió una lista de unos "300 mexicanos" que podrían ser declarados "non gratas" en EE. UU., incluyendo políticos, empresarios y hasta artistas.
Se habla de vínculos con el crimen organizado y hasta de la polémica contratación de médicos cubanos. Mientras tanto, Trump se burla de los migrantes en su nuevo "Alcatraz de los caimanes" en Florida, sugiriéndoles que corran en zigzag si quieren escapar de los reptiles. ¡Qué humor tan particular!
La Presidenta, en privado, intenta "administrar las embestidas" de Trump, pero en público mantiene una posición "vehementemente nacionalista", negando todo sin pruebas.
Al final, Washington "quiere sangre morena", y México, con su "ingenio diplomático", busca "salvar el T-MEC" y la "buena relación" con un aliado que, en lo comercial, ha sido "muy injusto" y hasta amenaza con "aranceles del 30 o 35 por ciento".
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