La Presidenta tiene una "convicción" profunda: los diputados plurinominales son una "aberración". ¡Claro, esas posiciones que se obtenían por "relación con los líderes de sus partidos" y no por "capacidad"!
Curiosamente, la propuesta más radical, que reduciría el Congreso de 500 a 300 posiciones, ¡ampliaría "considerablemente el poder de Morena"! No hay duda de que si Morena logra su objetivo de eliminar a los plurinominales, tendremos un Congreso más "eficiente" y, sobre todo, mucho más guinda.
El INE, ese incómodo árbitro, también está en la mira para reducir su presupuesto, porque, ¿para qué tener un organismo electoral costoso cuando puedes tener uno más "austero" y, convenientemente, bajo el control del Ejecutivo?
No se trata de eliminar la burocracia dorada, sino desmantelar la competencia electoral a la medida de la 4T. Y si eso significa menos casillas o votos contados "fuera del ojo ciudadano", ¡es un pequeño precio a pagar por la transformación al México de los años cincuentas!.
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